Los protegidos narra la historia de una serie de personas que viven en la localidad ficticia de Valle Perdido haciéndose pasar por una familia, los Castillo Rey. El motivo, los poderes sobrenaturales que salvo los "padres" de esta familia, poseen los miembros de la misma, lo cuales les llevan a ser perseguidos por un grupo de personas con intenciones desconocidas.
Sus miembros son Mario (Antonio Garrido) y su hijo Carlos (Daniel Avilés), un niño que domina la telequinesis; Jimena (Angie Cepeda), cuya hija Blanca, dotada de poderes precognitivos fue secuestrada por la gente de quienes se esconden; Culebra (Luis Fernández), un adolescente con la capacidad de hacerse invisible a su antojo; Sandra (Ana Fernández), poseedora de un poder relacionado con la electricidad; y la pequeña Lucía (Priscilla Delgado), hija adoptiva de un trabajador social y que tiene la habilidad de leer los pensamientos de las personas. La posterior llegada de Lucas (Mario Marzo), un chico de 14 años con la facultad de transformarse en otras personas completa tan singular familia, la cual tras huir de sus respectivos hogares deberá ocultar su secreto de cara a sus vecinos y nuevos compañeros de trabajo y estudios.
Sus miembros son Mario (Antonio Garrido) y su hijo Carlos (Daniel Avilés), un niño que domina la telequinesis; Jimena (Angie Cepeda), cuya hija Blanca, dotada de poderes precognitivos fue secuestrada por la gente de quienes se esconden; Culebra (Luis Fernández), un adolescente con la capacidad de hacerse invisible a su antojo; Sandra (Ana Fernández), poseedora de un poder relacionado con la electricidad; y la pequeña Lucía (Priscilla Delgado), hija adoptiva de un trabajador social y que tiene la habilidad de leer los pensamientos de las personas. La posterior llegada de Lucas (Mario Marzo), un chico de 14 años con la facultad de transformarse en otras personas completa tan singular familia, la cual tras huir de sus respectivos hogares deberá ocultar su secreto de cara a sus vecinos y nuevos compañeros de trabajo y estudios.Su objetivo será convivir como si se conociesen desde siempre, llevar una vida normal en lo posible, sin que sus vecinos y compañeros averigüen que no son tal familia y que los niños poseen tan peculiares poderes.
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